Psicóloga en Granada para el tratamiento de la rabia contenida y enfados
AYUDANDO A GRANADINOS DESDE HACE MÁS DE QUINCE AÑOS DESDE LA COMPRENSIÓN Y LA CERCANÍA.
A pesar de que el enfado es una emoción sobre la que hablamos con naturalidad al referirnos al estado de ánimo de una persona (» fulanito está enfadado», o » díselo más tarde vaya que se enfade»), no ocurre lo mismo cuando se trata de expresarlo, ya que el enfado pertenece al grupo de las emociones junto con: la ansiedad, la tristeza y el miedo, que si bien todos en algún momento hemos podido experimentarlas, socialmente están aún etiquetadas como emociones inadecuadas.
Además dichas emociones tienen otra característica común, sobre ellas existe la falsa creencia que piensa que sólo los niños tienen carta blanca para exhibirlas, mostrándonos ante ellos tolerante o cuanto menos comprensivos, y, que los adultos, por el mero hecho de serlo ya debiéramos haber aprendido a comportarnos de un modo más adecuado, «mas de adultos».
Por eso es frecuente encontrarnos con las siguientes posturas: no esta bien enfadarse, en lugar de comportarme así tendría que. ..hubiera sido mejor si.., todo lo arregla de esa manera….o, es un quejica, esta todo el día enfadado, no se/ no sabe controlarlo.
Cuando existe una conciencia del enfado, pero se reprime, cuando se expresa pero a la persona le gustaría aprender a hacerlo de otra forma ( quedan excluidos en este apartado las conductas violentas y/o agresivas, al entender que éstas pertenecen a otra categoría que no se incluye en este artículo), la psicología proporciona recursos y herramientas para aprender a manejar y comunicar lo que queremos decir, sin que el enfado se convierta en un obstáculo o en una carta de presentación.
A veces se tratará de enseñarle a la persona formas más efectivas de comunicar lo que desea comunicar, otras veces se le ayudará a a identificar hábitos, comportamientos y actitudes que pueden estar ocasionando y manteniendo la respuesta del enfado.
En otras el tratamiento irá enfocado a situar al enfado como una respuesta más y no la única ( como hasta antes del tratamiento parecía ser), de entre otras opciones de respuesta que la persona puede ofrecer sin que suponga un desgaste para su salud ni para el entorno que convive con la persona enfadada.
En todas ellas la terapia consistirá en,de forma práctica trabajar sobre el/las áreas problema del paciente, dotando a este de los conocimientos, habilidades y recursos que mejor se adapten a sus características personales y a la demanda concreta por la que realizó la consulta.
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