La recompensa de no tirar la toalla.
“Son las tres de la mañana , otra vez sin dormir, o mejor dicho cómo me esperaba aquí estoy de nuevo en la cama dándole vueltas al tema, y es que el tema realmente me preocupa, pasan los días y siento que esto lejos de arreglarse lleva mal camino”.
«Aquí me encuentro cómo tantas noches debatiéndome entre tirar la toalla y dejarlo o insistir en algo que no se si tendrá arreglo».
El tema al que me refiero es el de decidir si continuar con mi pareja a pesar de las dificultades, o ser valiente y dejarlo.
Este conflicto, sobre todo si se trata de parejas que llevan tiempo, independientemente de si tienen hijos o no , en los que sí es el caso el conflicto se agrava aún más, es una de las situaciones que mayor ansiedad y estrés producen.
¿Cómo se que es una crisis de pareja?
Cómo he comentado la crisis de pareja tiene sus características, independientemente del motivo que la causó, sólo que en función de cuál sea este la persona se quedará más o menos atrapada en algunos de los siguientes síntomas, que son:
.- Confusión emocional, acerca de lo que yo siento y sienten por mí
..- Cuestionamiento de creencias vitales acerca del: amor, la pareja, el matrimonio, amistad…
.- Experiencias de Negación, Rabia, enfado, ansiedad, tristeza por y ante la situación que se está viviendo.
Por eso del conocimiento de esos síntomas y de sobre todo cómo se afronten dependerá el empezar a ver la luz con mayor o menor prontitud.
Como afrontar las crisis de pareja?
Para empezar es importante resaltar una cuestión fundamental: Esta cuestión no es otra que la de saber si lo que yo siento actualmente por mi pareja a pesar de las dificultades, o sentía hasta antes de la crisis eran verdaderos sentimientos de amor.
Esta cuestión es fundamental porque si lo que yo siento es otra cosa o lo que me hace que me plantee el continuar con la pareja son otra serie de motivos, importantes pero independientes del amor, entonces estaremos hablando de otra crisis, crisis personal, existencial si se quiere pero no de pareja.
La mayoría de las veces sobre todo si la pareja ya lleva tiempo sufriendo los efectos de la crisis, que más adelante abordaré, es normal que se pregunte y/o tenga dudas acerca de sus sentimientos e incluso que también tenga dudas sobre los de su pareja.
¿Qué debo de hacer entonces?
Para solucionar las crisis de pareja no vale con enviar flores con un mensaje en una tarjeta y esperar que todo vaya bien.
Conocer y realizar una interpretación correcta de los síntomas característicos de la crisis y manejar las emociones, actitudes y comportamientos derivados de ésta son los dos puntos siguientes fundamentales para encarar con éxito este periodo o estado.
Digo periodo o estado para resaltar que al igual que ocurre con otras situaciones de la vida en las que hemos sufrido un varapalo ( Ya sea de tipo emocional o físico) y, creemos que es imposible recuperar de nuevo el bienestar, con la crisis de pareja ocurre algo parecido, este estado de malestar, de desgaste, en definitiva de sufrimiento no va a durar siempre.
Lo que si es que hay que tener en cuenta dos cosas:
.- Que la crisis no se soluciona sola, es decir sin que los dos miembros se impliquen.
.- Que cómo ocurre con la mayoría de cosas que son importantes y que merecen la pena, todas llevan aparejadas detrás un esfuerzo.
Esto empieza por ser conscientes de que hay que realizar cambios, empezando por uno mismo, cambios en la forma que hasta ahora se tenía para afrontar otras situaciones de conflicto, cambios a nivel emocional, la crisis probablemente nos va a exigir que crezcamos emocionalmente, cambios en nuestra manera de enfocar la relación, para plantearnos los modelos de relación que traíamos de nuestras casas, o que nosotros mismos creamos, pero que ahora exigen un nuevo replanteamiento que se ajuste a las necesidades y condiciones de los dos.
Porque de no hacerse entonces da igual el tiempo empleado, la intención o el buen hacer de cada uno de los miembros, que en la mayoría de los casos sólo habrá contribuido para aferrarse más en las dudas y en posturas que amplían la distancia entre la pareja y que ponen cada vez más lejos el que se acerquen a su solución.
¿ Cómo se soluciona, qué puedo hacer para salir de ella?
Y es que no se puede empezar la casa por el tejado, es decir lo primero es plantarle cara y resolver aquello de la crisis que más agitación o más amenaza está suponiendo en mi, es decir preguntarse, Si esto no se resuelve ¿ a que le tengo miedo? ¿ qué es lo que me da temor afrontar?
Esto es un paso muy muy importante y que conviene aclarar, muchas de las parejas además de que se quieren arrastran temores, conflictos, miedos que los han llevado y que han permanecido tapados consciente o inconscientemente con su relación.
Queramos o no queramos aceptarlo si estos temores no se ponen sobre la mesa, cada cual haciéndose cargo del suyo, aunque haya otros factores añadidos, continuamente estarán saboteando los éxitos que se vayan consiguiendo en otras áreas.
Entre los temores fundamentales se encuentran:
.- El miedo a la soledad.
.-El factor económico.
.- Los hijos.
.- El creer que no se volverá a ser feliz.
.- El qué dirán,
.- El ser etiquetado/a de…
A favor de estos temores, decir que todos o la gran mayoría de las personas los tenemos o los hemos tenido en algún momento de nuestra vida, ya se haya tenido pareja o no, porque son conflictos personales, que arrastramos y que nos llevamos si no están solucionados a nuestras relaciones.
Por lo que el reconocerlos, admitirlos( no todo el mundo quiere o cree que puede o deba hacerlo), despejará el camino para los otros conflictos y motivos que si tienen que ver con la pareja.
Mas sobre el porqué de las crisis…
El siguiente paso es sopesar que idea tenemos sobre lo que es el amor, si es un amor realista, o si por el contrario es un amor idealizado, romántico cómo le denominamos en el ámbito de la psicología.
Cuanto más idealizado y más romántico sea la visión que llevemos en nuestra cabeza y corazón sobre lo que es o debe ser el amor, más grande será el batacazo.
Y eso porqué? Porque cómo decía un conocido autor “con el amor no basta”. Y es que las relaciones de pareja son relaciones muy complejas, se han de limar, solventar y dejar atrás diferencias y planteamientos individuales para luego llegar a establecer otros que sean afines y comunes a la pareja, cosa que va a requerir de una gran capacidad de aceptación y esfuerzo que no todo el mundo está dispuesto a dar.
Porque este si es el verdadero amor y no el de las series, películas o cuentos que nos leen de pequeños y no tan pequeños.
Si pero, hasta cuando?
Y aquí viene otra prueba de amor, muchos, llegados a este punto se pueden preguntar, si muy bien yo estoy dispuesto a dar y a hacer todo el esfuerzo del mundo para querer a mi pareja y aceptarla cómo es, pero…la otra parte qué?, no tiene que hacer nada?.
Para contestar a esta pregunta tendríamos que volver al punto por el cual recordemos empieza la solución, cuestionarnos ¿Cuál es mi temor, la amenaza que todavía está presente y que hace que yo no me haya atrevido a darle prioridad y que por tanto mi pareja tampoco se la dé?
Erróneamente el reconocimiento de esos miedos, conflictos o temores va asociado a ser una persona débil, insegura, egoísta o cualquier otro calificativo negativo que hace que la persona prefiera guardarlo, esconderlo y pensar que por arte divino o lo que es peor, “por lo mucho que me quiere esta persona se va a solucionar”.
Así que ahí permanece, pareciendo que no está , que ya se ha superado pero,condicionando todos los avances que pudiera tener con mi pareja.
Así que el siguiente paso es reconocerlo , mirarse para dentro, hablarse de frente y enfrentarse a lo que en su día no te pudiste o quisiste enfrentar,quizás ahora cuando lo hagas compruebes que ese temor no era para tanto o que en realidad no supondría tal conflicto cómo esperabas.
De todas maneras y poniéndose en el peor de los casos hay que recordar que tanto tú cómo tu pareja tenéis derecho a ser felices, aunque esto pase por un ejercicio de sinceridad interior.
Sólo reconociéndome y mostrándome como realmente soy podré amar con libertad y ser correspondido igualmente.
A partir de aquí algunos tendrán que hacer el esfuerzo o trabajo personal necesario para recuperar el amor hacia si mismos, amor que dejaron incompleto y que pusieron en manos de su pareja y, otros tendrán que hacer un esfuerzo y trabajo personal para quitarse el exceso de amor hacia si mismos y que les impedía tener una relación de tú a tú con su pareja.
Así, de ese modo, podrá plantearse el establecimiento de una relación asentada en pilares más realistas y cuyos objetivos estén planteados desde y sobre la verdad.
Porque una pareja debe de expresarse, sentirse y poder disfrutarse de verdad. Así que adelante no tiréis la toalla, recordad que el truco está en quererse y en quereros de verdad.